a mi madre. Se fue con el viento el 18 de febrero del '95
el acordionista de la rue mouffetard
se parece en lo inmediato
al hombre que me vendió
el primer globo que se escapó al cielo
tan azul como los ojos de Inés
que me miraron fijos después de aquel beso
antes de subir al tren que esa noche
cruzaría Strasbourg, mientras
seguramente yo dormiría
mezclando sueños, gente
amores, gobiernos
deseos que nunca cumpliré
escasas alegrías que podría contarlas
regresos que aún no he concretado
y las repetidas agónicas sombras
de la dura noche
que despiertan en un pasillo de hospital,
sobresaltado de noticias
que arremeten contra mi niñez
con otro globo que salta
esta vez al infinito
vestido de caramelos
sopas calientes alientos incondicionales
cartas que llegan desde lejos
y un repertorio de vida que se me
escapa de las manos
y no puedo detenerlo.
(El otoño eterno y otros apuntes del viaje)
gracias por los comentarios que dejan en el face
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