quizás ahora sepamos
que aquella tarde de trenes
que atravesaba buenos aires
era el comienzo de este feroz olvido
o tal vez escuche decir
que seguís en tu exilio
que vivís en madrid
barcelona
-paris puede ser-
y que todas las tardes
bajo un cielo gris
te sentás a acordarte
de mí y de este país
que quisimos tanto
y hoy se está cayendo a pedazos.
(Del libro: gramática de ausencias y descuentros)
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