se parece, a veces, el tiempo
a una loca ilusión,
otra veces, a un desafío
y en lo lamentable del caso
se parece a la nada.
pero ninguno, nada ni nadie
presupone algo en la otra orilla,
ni torres, ni desiertos
ni laberintos, ni cárceles
ni palacios
ni aún peor
no presupone ese instante de risa
por el que uno arrastró su vida esperando.
(El Otoño Eterno y otros apuntes del viaje)